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  • Los abonos orgánicos fermentados, (también conocidos como fertilizaciones orgánicas o compost), son compuestos provenientes de materias orgánicas como rastrojos, hojas secas, estiércoles... que vienen modificados con factores como el calor, la humedad o el aire en un periodo de tiempo determinado. Estos compuestos también son transformados, a su vez, por la actividad de los microorganismos en un proceso natural llamado "fermentación” donde se solubilizan los minerales y facilita la aportación nutrientes para las plantas. Una vez terminado el proceso de fermentación, es el momento de aplicarlo a nuestros suelos.
    La aplicación de estos abonos orgánicos fermentados es una práctica fundamental en nuestro trabajo como agricultores, ya que, mantiene la salud del suelo y reintegra elementos nutritivos de facil asimilación para las plantas.
    En el caso de las  industrias de los Agroquímicos, se introducen elementos químicos que se extraen de la naturaleza, para alimentar velozmente a las plantas. Estos macro elementos (N,P,K), son entonces absorbidos por las plantas para que, con poco "esfuerzo”, puedan nutrirlas. En una lógica industrial esto podría parecer algo ventajoso, pero en naturaleza existen varios actores que se encargan y deben de encargarse de este "proceso” que la industria proporciona. Estos actores que son desde lombrices, hongos y bacterias, quedan paralizados, frente a los productos químicos ya que su labor no es necesaria y consecuentemente mueren, dejando el suelo en completa dependencia de los agroproductos.



  • Abono orgánico fermentado del tipo "Bocashi”.

    Bocashi, es una palabra japonesa que significa: "materia orgánica fermentada”.

    Los abonos orgánicos fermentados "clásico” son productos que se obtienen mediante un proceso biológico en el que se fermentan materias orgánicas (alimentos, estiércoles, restos de poda, de pajas...) a altas temperaturas y, como resultado obtenemos minerales de fácil asimilación para las plantas.

    El abono orgánico fermentado "Bocashi” difiere de los "clásicos” principalmente porque fomenta la microbiología existente o, en caso de necesidad, añade un caldo de microorganismos que asegura una fermentación rápida y transforma la mezcla en nutrientes de excelente calidad, además de regular a los agentes patógenos.

    Esta elevada actividad de microorganismos (bacterias, actomicetos, hongos y levaduras), previamente inoculados, permite la obtención de un buen abono en tan sólo quince días.

    ¿Cómo se reactiva la micro-biología existente?

        Los ingredientes que vamos a utilizar van a incorporar su propia microbiología como por ejemplo la tierra fértil de un bosque o el estiércol fresco (a ser posible de vaca). En el aparato digestivo de un rumiante, en este caso la vaca, existen centenares de bacterias, hongos, levaduras... que mueren cuando el estiércol sale del animal y toman contacto con el aire, es por esto que si conseguimos cogerlo fresco, un grannúmero de microorganismos podrá sobrevivir para, posteriormente, aplicarlos en el abono y que sean capaz de multiplicarse para comenzar la transformación de los elementos en el proceso de la fermentación.
        La reactivación se hace con agua (pues es el medio donde se van a desarrollar), melaza (cuyos azúcares serán la principal fuente de energía para los microorganismos,  además de aportar minelales K, P, Hi, B...) y la levadura (estimulará el arranque de la fermentación).
    Ingredientes necesarios para el abono fermentado Bocashi:
    El abono bocashi esta compuesto por :
    -Carbón o Cenizas ( la madera de maxima calidad obviamente es la de árboles antiguos, pero esto  no debe en absoluto representar un peliglo para el bosque, así que con utilizar madera pura sin clavos ni cartones etc, será suficiente).
    - Estiércol de Vacas fresco
    - Cáscara de Arroz ( o materia seca en general).
    - Melaza ( de Caña o de Remolacha).
    - Levadura
    - Carbonato de Calcio
    - Agua sin cloro. Esto es muy importante para la salud de los microorganismos que se formarán en nuestra fermentación.
    - Tierra (cuanto más fértil posible. Se recomienda tierra de bosque, por su alto nivel de bio diversidad: onjo, levadura, microorganismos).


  • Proporciones para 100kg:

        Como se puede observar en la tabla de los ingredientes (fig X), no es posible dar una única receta pues según los recursos, materiales, texturas del suelo... que tengamos, cada agricultor deberá investigar que elementos necesita. Lo que sí podremos hablar es de las proporciones para hacer 100 kg de bocashi:

    Parte sólida:
        33% (o 33 kg) de Estiércol si es de vaca y fresco mucho mejor.
        33% (o 33 kg) de Tierra común
        20% (o 22 kg) Pajas secas y trituradas
        5%  (o 5,5 kg) Salvado de trigo molido
        5% (o 5,5 kg) Ciscos de carbón o cenizas de fogón
        4% (o 4 kg) Carbonato calcico o dolomita

    Parte líquida:

        100 gr de levaduras
         0,5 l de melaza
          10 l de agua sin cloro para diluir la levadura y la melaza. Una vez aplicada sobre la mezcla continuar añadiendo más agua hasta que todo el bocashi  esté húmedo pero lo justo como para coger un puñado, apretarlo y que no derrame ni una gota de líquido.
        Si creemos conveniente, podremos añadir 1l de EM.




    ¿Dónde se puede hacer?

        Lo principal es protegerlo del sol, del viento y de la lluvia. Puede ser desde lo más sofisticado como sería un almacén cubierto y con el pavimento inclinado, para que drene en caso de excesiva humedad, hasta hacerlo sobre el terreno y protegido con un plástico que no roce el abono para que esté aireado en todo momento.
        Las dimensiones no deben pasar de 1,40 m de alto y 2,5 m ancho, estas medidas son para asegurar su aireación.
    Tiempo de duración
        Entre 10 y 30 días dependiendo de la experiencia del agricultor y los materiales utilizados. Los primeros 5 días, mientras fermenta, se debe mover y/o voltear dos veces al día. El resto de días es suficiente con moverlo una vez.
    El "bokashi” se debe utilizar lo antes posible desde de su elaboración. Si es necesario almacenarlo, dispérselo sobre una superfície impermeable, séquelo bien bajo la sombra y luego colóquelo en una bolsa plástica.

    Tiempo de duración

        Entre 10 y 30 días dependiendo de la experiencia del agricultor y los materiales utilizados. Los primeros 5 días, mientras fermenta, se debe mover y/o voltear dos veces al día. El resto de días es suficiente con moverlo una vez.
        La fermentación puede comenzar en unas horas por lo que debemos estar atentos para que el proceso no supere los 50ºC (podremos medir con un termómetro) si lo supera hay que mover el montón para oxigenarlo, si no surge efecto, procederemos a esparcirlo. El Bokashi está listo para ser utilizado cuando libera un olor a fermentado y apenas se distinguen los diferentes materiales. Si la pila libera un olor a podrido, el proceso ha fracasado.
        El "bokashi” se debe utilizar lo antes posible desde de su elaboración. Si es necesario almacenarlo, dispérselo sobre una superfície impermeable, séquelo bien bajo la sombra y luego colóquelo en una bolsa plástica. 

    ¿Qué microorganismos actúan en nuestro suelo y en el Bocashi?

    Existen dos tipos de microorganismo: los descomponedores y los humifi cadores. La actividad de los primeros, como su propio nombre indica, es la de descomponer la materia orgánica y transformarla en otros compuestos orgánicos. Seguidamente, los humificadores terminan de romper las moléculas orgánicas y las liberan en forman de elementos minerales, fijándolos en el suelo y, contribuyendo con el aporte de nutrientes para las plantas y con la regeneración natural de minerales.
        La falta de materia orgánica provoca que mueran estos microorganismos, de alguna manera, los descomponedores vuelven a activarse, con el aporte de nueva materia orgánica, mientras los humificadores no son capaces de reproducirse. Una vez roto su equilibrio: sucede que las plantas se alimentarán del producto elaborado por los descomponedores directamente.Lo que provoca la intoxicación de plantas y la mala calidad del suelo porque los elementos son incapaces de retenerse en el mismo, yendo a parar a las capas más profundas, fenómeno conocido como lixiviación.

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  • Para tener un compost de buena calidad debe de: ser rico en materias orgánicas fermentadas, tener una alta concentración de nutrientes, poseer una alta capacidad de retener agua y nutrientes (ayudado por una buena estructura), permitir una vida abundante y diversa de microorganismos que beneficiarán el desarrollo de las plantas (añadiendo tierra de bosque, manteniendo la humedad, no moverlo demasiado). Mejorar la estructura del suelo, evitar que se pierdan los nutrientes por lixiviación (con buenos agregados), destruir las semillas de malezas y organismos patógenos gracias a temperaduras de 35 - 65 ºC .

    Los valores recomendados para obtener un compost tradicional de calidad y a una velocidad relativamente rápida, dependen de:     

    1) La Relación de Carbono/Nitrógeno (C/N): 25/1 - 30/1
    La relación C/N es de elevada importancia; si los valores recomendados son elevados, es decir, hay muy poco nitrógeno en relación con el carbono (como sucede con las pajas, restos de cereales o de podas) el proceso de compostaje será muy lento y se producirá inmovilización de materia orgánica.  Pero, si por el contrario, son inferiores, es decir, hay más nitrógeno en relación con el carbono, se producirán pérdidas de nitrógeno por volatización.  A continuación, mostraremos una tabla de los contenidos de C/N de algunos materiales.

    2) Tamaño de las partículas utilizadas: 10 a 50 mm  
    El tamaño de las partículas no debe ser inferior al mencionado pues impediría el paso del aire y la ausencia de oxígeno nos proporcionará un producto que no es útil para el cultivo. Los materiales deben estar bien mezclados para que no se creen diferentes capas y exista un relación microbiana homogénea.

    3) Contenido de humedad: 40 - 60%  

    La falta de humedad reduce la actividad microbiana y el exceso pudre el compost. Si es necesario, debemos regar y humedecer 2 o 3 veces por semana, si nos pasamos con el agua nos daremos cuenta por el mal olor que comenzará a desprender, para corregirlo lo esparciremos el abono, para facilitar la evaporación del agua y cuando deje de oler lo volveremos a juntar. Para comprobar, de forma casera, si las cantidades de agua y en consecuencia la humedad que contenga nuestro compost es correcta, será necesario coger un puñado de tierra y apretarla. Si notásemos  que desde nuestro puño salga un poco de líquido es sintoma que nuestro compost ya no necesita agua. Obviamente, a los opuestos debemos de añadir más agua o más materia seca y revolver el todo.

    4) Nivel de oxigenación: 10 a 18% 

    La mejor garantía de que el compost esté oxigenado, es mediante el volteo. Esta técnica de voltear consiste en agitar o mezclar las distintas capas del compost para homogeneizarlo . Se debe realizar cada 15 o 30 días durante unos cuatro meses. Debemos de recordar que es importante voltear pero esta acción puede bajar la temperatura, por esto debemos de hacerlo prestando atención a ella. Para un compost de grandes dimensiones podemos hacernos con un tubo hidráulico ( de plástico)  de unos 20 cm de diametro, donde haremos pequeños agujeros para después introducirlo en nuestro compost. Esto nos ayudara en la entrada de oxígeno.

    5) Temperatura 35 - 65 ºC 

    Los primeros días, la temperatura de nuestra mezcla se puede elevar hasta los 65 -70 ºC destruyendo los organismos patógenos, esto es debido a la gran actividad microbiana. Si se eleva a unas temperaturas muy altas se pueden destruir hasta los organismos benefi ciosos, para evitarlo, se recomienda regar la mezcla y esparcirla para que se ventile y cuando se enfríe es conveniente añadirle una capa de pasto seco por arriba y volverlo a juntar. 

    6) Tamaño de la pila de compostaje: 1,5 m de alto y de ancho 1,5 m mínimo. 

    Las dimensiones de la compostera, pila o montón de compost,  debe ser de 1,5 m de alto y 1,5 m de ancho como mínimo para que exista un buen equilibrio entre humedad y aireación.

    Recomendaciones:

    -En climas fríos ubicarlo al sol y protegido de la lluvia, y en climas cálidos a la sombra.

    -La última capa de montón, debe ser tierra para evitar que colonicen los insectos. 

    -Es muy importante:  o controlar la humedad... o No añadirle cáscaras de naranja ni cítricos, pues atraen a las hormigas.  o Ningún producto que tenga grasas en su composición como carnes,  etc..., pues esto ralentizará la fermentación y en gran cantidades bloquea el proceso. ¿Cómo sabemos que está listo? Cuando la parte baja de la tierra tenga un olor fresco, un color oscuro y no se diferencien los restos de comida, se puede empezar a utilizar.


  • El Compost tradicional es el abono más utilizado en la agricultura orgánica, normalmente cada agricultor se hace su propio compost con restos orgánicos como restos de alimentos, estiércoles, restos de poda, pajas de plantas del cultivo anterior, serrín de las frondosas.... Se obtiene mediante un proceso biológico que se llama compostaje donde los agricultores, en ausencia de suelo, van controlando la temperatura, humedad y aireación, que junto a la actividad de los hongos y bacterias producirán una descomposición de toda la materia orgánica que se transformará en humus y, posteriormente, en material inorgánico. Compostar es sinónimo de estabilizar la materia para que tarde más en mineralizarse. Es fácil observar cómo evoluciona el compost, desde que añadimos los materiales hasta que se convierte en un aglutinado negro y esponjoso listo para ser aplicado. Tener en cuenta: - Los abonos orgánicos mejoran las condiciones del suelo al mantener a la población microbiana. - En el suelo viven las nitrobacterias que fijan el nitrógeno de la atmósfera en el suelo. Si aportamos nitrógeno químico estas dejan de funcionar dejando el suelo incapaz de fijar su propio nitrógeno. - Cuanto más activo sea un suelo, menos dependerá del suministro de nutrientes externos. Importancia del estiércol para hacer un buen compost y sus características (estos elementos podrán utilizarse formando parte del compost o de forma aislada). Los estiércoles son excrementos de los animales, pueden ser de vacas, caballos, ovinos, caprinos, cerdos, guano, estiércol de murciélago... Se compone de las deyecciones tanto sólidas como líquidas y algún material que se filtre como pajas, hojas, ramas... Aporta compuestos orgánicos y minerales enriqueciendo la tierra de humus. Su composición cambia dependiendo del animal, de la alimentación que haya recibido y de la calidad de la paja que es rica en carbono. En estado fresco, contiene complejas sustancias como la celulosa (que tardará más tiempo en mineralizarse), las proteínas de las heces o el nitrógeno soluble de rápida absorción que contiene la orina. Para aplicarlo debe estar en su estado maduro, es decir, tras haber almacenado todo el estiércol, debemos esperar a que este sufra un proceso de fermentación en el que las moléculas complejas que lo forman tanto orgánicas como inorgánicas se simplifiquen en sustancias más asimilables para las plantas. (Es conveniente que no esté maduro al 100%, ya que nos interesa que la última etapa del proceso se realice después de aplicarlo sobre el terreno, de este modo, nos aseguramos de que una reserva de elementos nutritivos se irá cediendo progresivamente). Una vez fermentado, lo podemos aplicar directamente en el terreno y lo mezclamos con la tierra. Podemos utilizar una pala o bien un rastrillo si el terreno está muy suelto. O también podemos añadirlo en el compostero para hacer el compost tradicional. ¿Por qué no debemos aplicar el estiércol fresco? Existen cultivos que toleran el estiércol fresco, pero no es recomendable aplicarlo directamente por diversos motivos; uno es su alto contenido en nitrógeno pues algunas plantas son capaces de crecer en él, pero el exceso de nitratos que absorberán no será sano ni para las plantas ni para las personas que las consuman. También el estiércol fresco puede contener microorganismos patógenos perjudiciales para los cultivos. Incluso se han dado casos de estiércoles que contenían salmonella. Durante el proceso de fermentación donde las materias frescas se descomponen y, junto a las altas temperaturas que se alcanzan en el proceso, estos patógenos son eliminados. El VERMICOMPOST o humus de lombriz es un estiércol de los más ricos pues, previamente, ha sido procesado por un organismo sano y limpio como es la lombriz. Se basa prácticamente en la actividad que las lombrices realizan sobre los restos de materias orgánicas y estiércoles de animales (previamente descompuestos). Éstas para nutrirse y abrir camino consumen los restos vegetales, animales y, junto a la microflora, las bacterias de su estómago digieren y expulsan el alimento en forma de masa semifluida rica en elementos orgánicos asimilables para las plantas; incorporan bacterias útiles para las raíces de los cultivos y los cargan de elementos fitoestimulantes (auxinas, giberelinas, citoquininas), además es rico en antibióticos y se puede aplicar directamente sobre el terreno una vez procesado. ¿Cómo hacerlo? Podemos utilizar tabales, tanques o cajas de madera, que debemos barnizar para que no se pudran, las iremos rellenando aleatoriamente de capas de estiércol (no es recomendable el de gallina), restos domésticos de materia orgánica, turba, serrín, excrementos, hojas, pajas... y por último le añadiremos un poco de cal apagada para neutralizar la gran acidez de la mezcla. Si queremos reproducir nuestras lombrices debemos tener en cuenta que las condiciones óptimas son humedad constante, abundante sustancia orgánica y ambiente aireado. A mayor número de lombrices, más rápido se procesará el estiércol. Si las lombrices detectan que son demasiadas en un espacio pequeño, dejarán de reproducirse. Las cajas estarán protegidas del sol, o sea, a la sombra y nos aseguraremos que tengan agujeros en el fondo para que drenen bien cuando le añadamos el agua o una salida para el drenaje. Si conseguimos rescatar el líquido que va a drenar y volvérselo a echar una o dos veces más, habremos aumentado la concentración de nutrientes en ese lixiviado. También podemos cubrir las cajas con mallas o rejillas para evitar que se escapen, acción que no es necesaria si las lombrices tienen siempre humedad, sombra y alimento, no se irán del cajón. Cada vez que les demos comida no olvidemos que hay que regar. ¿Cómo extraigo el estiércol sin coger lombrices? Pues una vez procesado el vermicompost va a ocupar la mitad del volumen inicial, esto nos va a permitir que pongamos todo en un extremo y en el otro lado, vamos a añadir un nuevo estiércol fresco. En cuestión de una semana, las lombrices acudirán por sí mismas hacia la comida fresca dejando libre la masa que han digerido. Cuando las lombrices hayan dejado libre el estiércol viejo, lo retiraremos del cajón y lo pondremos a secar para posteriormente tamizarlo. Una vez terminadas estas acciones tendremos listo el vermicompost. Otro método es colocar una malla encima del compost trabajado por la lombriz y colocar un poco de estiércol fesco. En cuatro días estarán encima de la malla y podremos extraer .el vermicompos. ¿Se pueden incorporar las lombrices al terreno? Las lombrices prefi eren terrenos orgánicos, blandos y frescos. Su presencia señala que existe un alto índice de fertilidad. Si el suelo es pobre, compacto y seco las lombrices no estarán presentes y nos indica que debemos mejorar la tierra, podemos aumentar la población de lombrices añadiéndolas al terreno.